Los Espíritus ejercen sobre el mundo moral y aún sobre el mundo físico, una acción incesante: obran sobre la materia y el pensamiento, y constituyen una de las fuerzas de la naturaleza, causa eficiente de infinidad de fenómenos, no explicados o explicados imperfectamente hasta ahora, y que sólo hallan una solución racional del espiritismo.
Las relaciones de los Espíritus con los hombres son constantes. Los buenos nos impulsan al bien y nos sostienen en las pruebas de la vida, ayudándonos a sobrellevarlas con valor y resignación; los malos nos impelen al mal, y se gozan en vernos sucumbir y en que nos asimilemos a ellos.
Los Espíritus se manifiestan espontáneamente o por evocación, y sus comunicaciones con los hombres, son ocultas u ostensibles. Las ocultas se verifican por la influencia buena o mala que ejercen en nosotros, y las comunicaciones ostensibles son las que se verifican por escrito, de palabra o por otras manifestaciones materiales, y las más de las veces por la mediación de los médiums que les sirven de instrumentos.
ALLAN KARDEC
Allan Kardec, seudónimo de Hyppolyte Leon Denizard Rivail, (Lyon, 3 oct. 1804 –París, 31 mar. 1869). Codificador del espiritismo y pedagogo. Hijo de un abogado, comenzó sus estudios en Lyon, completando su educación en letras, ciencia y medicina en el Instituto Pestalozzi de Yverdon (Suiza) Poseedor de una inteligencia penetrante y amplio espíritu observación. Rivail captó la simpatía de Pestazzoli, quien lo designó su colaborador. Tenía 19 años cuando comenzó a ocuparse del magnetismo, y más tarde, interesado por el misterio de las mesas giratorias, tomó o con el mediumnismo dedicándose desde 1850 de lleno a su estudio. En 1856, influenciado por unas supuestas comunicaciones de un espíritu que decía ser su guía protector y le reveló que debía cumplir una gran misión, se abocó con gran fervor a la difusión y codificación de la causa espírica. Adoptó el seudónimo de Allan Kardec (nombre que había llevado en una reencarnación anterior en tiempos de los druidas) y publicó en 1857 Le livre d’esprits, su obra fundamental, que alcanzó enorme difusión y se convirtió en texto básico de la doctrina. Poco antes de morir sentó las bases de una organización que debía continuar su obra. Por su doctrina filosófica, método científico y moral universal, las enseñanzas espíritas de Allan Kardec obtuvieron rápida difusión por todo el mundo, conquistando millones de adherentes.
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